Una familia tenía como mascota un lindo gato de color negro y peludo, a quien le tenían tanto cariño y estimación por las travesuras que hacía.
Cuando creció, éste les cuidaba el granero de cereales a fin de que ningún roedor se introdujera. Cada noche cazaba por lo menos un ratón o una comadreja y eso le hacía muy felices a toda la familia.
Sin embargo, había un hábil ratón que no se dejaba cazar, que diariamente fastidiaba en el granero.
Había llegado la temporada de cosecha, y la familia había estrujado abundantes mazorcas en el granero. En eso, este hábil ratón le causaba un dolor de cabeza a este gato, ya que en cada momento se la desvalijaba los maíces.
Los amos, muy molestos por esto comenzaron a odiarle al gato, le decía constantemente:
– Eres un gato inútil, ni siquiera puedes cazar algún ratón.
El gato muy apenado por el desprecio de sus amos se fue a vivir a otra casa. Entonces, los ratones comenzaron a multiplicarse rápidamente, dejándolos el granero vacío. Muy consternados los amos, fueron en busca del engreído felino, le pidieron disculpas, se comprometieron a no maltratarle nunca más y le clamaron a que regresara a vivir con ellos.
El gato aceptó la propuesta y regresó con ellos. A partir de esa fecha, cazó todos los ratones y nunca más el granero estuvo desvalijado.
GLADYS YAÑAC FERNANDEZ
6º GRADO - 2010; IE Nº 30251
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